12 septiembre 2007

CAZA: LOS ANIMALES TAMBIÉN TIENEN DERECHOS


· La caza atenta contra el derecho a la vida de los animales. Los seres vivos, por el hecho de serlo poseen un derecho natural a vivir, y su supervivencia está ligada al equilibrio depredador-presa. Desde el punto de vista ético no se les puede privar de la vida por placer o deporte. En nuestras sociedades desarrolladas las personas no necesitan cazar para alimentarse.

· La caza hurta a los no cazadores el derecho a disfrutar de la naturaleza. Los cazadores son una minoría frente a los no cazadores. Pese a ello se apropian de las especies silvestres que son un patrimonio común. Pese a ser minoría, aproximadamente el 70% del territorio nacional está catalogado como terreno cinegético. En jornadas de caza, andar por el campo recogiendo setas u observando pájaros se convierte en un ejercicio arriesgado.

· La caza rompe el equilibrio ecológico. La actividad cinegética elimina palomas, perdices, conejos, ciervos...que forman parte de la cadena trófica natural. Sin duda ello repercute en otros animales (aves rapaces, carnívoros...) que dependen de aquéllos para sobrevivir. Al sustraer de la cadena trófica una parte de su biomasa se altera el equilibrio ecológico y los ciclos naturales de energía. Además está documentado que la caza ha sido causa directa de la extinción de las especies, como ocurrió con la paloma migratoria norteamericana, o ha puesto en peligro a muchas otras.

· La caza es una fuente de contaminación. El efecto más pernicioso es el vertido anual de toneladas de plomo en forma de perdigones, a veces concentrado en determinadas zonas como lagunas o marismas. El plomo, como metal pesado, es altamente nocivo (plumbismo) para los animales. Está documentada la mortandad de aves acuáticas por ingerir involuntariamente perdigones mezclados con el fango que filtran. También se han dado casos de intoxicaciones en rapaces que habían sido tiroteadas y portaban perdigones en su cuerpo.

· La caza ocasiona otros numerosos y diversos efectos negativos. Los cazadores, para eliminar competidores naturales colocan venenos en los campos; usan cepos y lazos, que son métodos no selectivos, capturando tanto especies protegidas; reintroducen especies exóticas que compiten con la fauna autóctona; vallan y cercan fincas, creando barreras insalvables para la fauna silvestre; emplean refinadas tecnologías (vehículos todo-terreno, armas de repetición, miras telescópicas, etc.) que convierten la caza en una persecución despiadada.

· Además, las armas de caza son causa, todos los años, de accidentes desgraciados. En España mueren una media de 20 cazadores por año por disparos, a los que hay que sumar los numeroso heridos. Esto hace que la caza sea una actividad peligrosa, especialmente para los acompañantes y para quienes están en el monte sin practicarla. Se convierte en una ocupación de los espacios naturales por la fuerza, donde el resto de los ciudadanos tenemos nuestros derechos limitados.

Artículo de
María Cortés Viamonte

07 septiembre 2007

PROTESTA INTERNACIONAL: BASTA DE MATANZA DE DELFINES EN JAPÓN



Cada año, en las pequeñas poblaciones pesqueras de la costa japonesa, los pescadores matan cerca de 20.000 mamíferos marinos de la manera más brutal. Desde octubre a marzo, los pescadores provocan ruidos que desorientan a los delfines, marsopas y pequeñas ballenas y retienen a grupos enteros en bahías con el agua poco profunda. A menudo hieren deliberadamente a algunos de ellos para retener a los miembros de su familia, ya que los delfines no abandonan a un miembro de la familia que está sufriendo. Los pescadores proceden a estrechar las redes para cerrar las salidas a mar abierto. La mañana siguiente, comienza la matanza: los pescadores utilizan lanzas y garfios para apuñalar y desangrar a los animales que no tienen posibilidad de escapar. El mar se tiñe literalmente de sangre, imagen impresionante que ha despertado la ira de la comunidad internacional. La mayoría de delfines son descuartizados y vendidos como comida, mientras que algunos se venden a delfinarios y parques acuáticos, convirtiéndose en cómplices de esta matanza.

Esta matanza anual, es la mayor matanza de delfines en todo el mundo y se perpetúa a causa de los esfuerzos por esconderlo a la mayoría de los japoneses. Por este motivo, cada año crece la protesta internacional para llamar la atención sobre esta crueldad y para ejercer presión sobre el Gobierno japonés con el fin de lograr el cese definitivo.

Como parte de estas acciones internacionales, animanaturalis convoca un acto de protesta delante del Consulado de Japón en Barcelona, en que se mostrará material de denuncia de la matanza, se repartirán información y se entregará una carta al cónsul condenando la matanza y la venta de animales para su cautiverio.

El evento no convoca sólo a grupos de protección animal, sino a todas aquellas personas que sientan que esta matanza es una macabra maniobra especista. El gobierno japonés y la industria pesquera están esperando las protestas de grupos ambientalistas y animalistas. Sin embargo, no se esperan una manifestación global frente a las embajadas y consulados japoneses alrededor del mundo. Esa será nuestra mejor arma para presionar a favor del fin de la matanza de delfines. Por esto te conminamos a que invites a tus amigos, vecinos, escuelas y asociaciones locales y vecinales. Pídeles que se manifiesten juntos frente a las embajadas y consulados de Japón para protestar con más fuerza para terminar con la matanza de delfines.

Información obtenida de animanaturalis